cuento

NO ES UN SUEÑO

Estaba viendo un poco de televisión, estaban transmitiendo las últimas noticias, las cuales eran guerra, y más contaminación. Me dio un poco de pereza al ver estas noticias, así que decidí dormir un poco, además necesitaba descansar un poco pues ya casi se aproximaban las evaluaciones finales del trimestre.
Al despertarme al otro día, como de costumbre, mire la hora en mi celular; me alarme, me di cuenta que era tarde y tenía poco tiempo para salir para el colegio. Pero cuando me levante de mi cama, me di cuenta que el mundo en el que estaba, no era el mismo de la noche anterior, que al despertar el sol, no solo se había llevado la noche, sino también las cosas que existían en el día anterior.
Me di cuenta que la mañana no tenía el color naranja con un toque de amarillo, esta mañana tenía un color naranja oscuro que infundía temor.
Cuando me iba a bañar me di cuenta que el agua que el día anterior teníamos en mi casa, no era ni la misma, ni la misma cantidad. Tenía un color amarillo transparente y era menos, como si el suministro de agua nos lo hubieran disminuido. Me duche con la escasa agua que tenía, me coloque el uniforme, desayune y salí.
Cuando salí de mi apartamento, todo era distinto. El conjunto residencial en el que vivía no era el mismo, estaba destruido, de las nueve torres que lo conformaban quedaban en pie, y con estructuras bastante débiles, tres torres.
Continúe caminando con un asombro absoluto. Estaba subiendo al colegio en compañía de mi hermana y de unas compañeras, de repente mi hermana me da una máscara, de esas que solía ver en las películas. Le pregunte que para que me daba eso, y ella me respondió que si quería vivir y seguir respirando necesitaba usar la máscara, ya que había demasiado dióxido de carbono y mis pulmones no podían procesarlo muy bien; me la coloque asombrada de que mi respiración dependiera de una mascara y no de mis pulmones.
Cuando subíamos para el colegio, las lágrimas salieron de mis ojos, al ver lo destruida que estaba mi ciudad. Había gente gritando de pavor en las calles; las casas que me parecían costumbre ver el día anterior ya no estaban, habían sido blanco de varias bombas de guerra; había gente tirada en el suelo, no lograba distinguir si estaban vivas o muertas. Este camino, no parecía el camino que recorría todos los días para ir a mi colegio, era el camino del infierno.
De repente mi hermana y mis compañeras paramos en frente de una construcción que estaba bastante golpeada por las bombas. Le pregunte a mi hermana del por qué parábamos aquí, mi hermana con un tono de risa me dijo que era el colegio. Mi asombro y mi tristeza no paraban de crecer. Esa construcción “vieja” y tan devastada por las bombas, era el que yo alguna vez llame colegio. Mi corazón se estremeció al ver esto.
Afligida y adolorida por lo que estaba viendo desde que salí de mi apartamento, empezó a temblar. Yo pensé que era un terremoto. Entonces, mire al cielo, y vi que algo venia directo hacia nosotras. Era una bomba. Cogí a mi hermana, la abrace y puse su cabeza en mi pecho, tratándola de salvar. Apreté mis ojos fuertemente y lloré. Fue un momento de angustia, dolor y desespero.
Cuando abrí mis ojos, llenos de lágrimas, vi de frente y estaba el techo de mi habitación. Me senté apresuradamente y vi que estaba en mi cuarto. Vi la ventana y vi la oscura noche, que aun oscura, era luz, brillo y esperanza en mis ojos.
Me senté sobre mi cama, y pensé en mi sueño, pensé en mi realidad, y me di cuenta que este sueño estaba a poco tiempo de convertirse en realidad. Me di cuenta que estaba acabando con mi hogar, con mi familia y con las personas, al desperdiciar las gotas de agua, al no ser humana, y al ignorar , hacerme la ciega y sorda en un mundo que estaba día a día destruido.